miércoles, 26 de mayo de 2010

Suramericana, un barrio de mitades

Por: Daniela Ochoa Gutiérrez


Tranquilo y solitario, también permisivo. Suramericana es un barrio ubicado en la comuna 11 de Medellín, al frente de Carlos E Restrepo. Bien ubicado, mitad comercial y la otra residencial, huele a recuerdos. Recuerdos de abuelos y de los años en que los habitantes, la mayoría de la tercera edad, comenzaron a poblarlo.

Las calles tratan de ser naturales, los jardines cuidadosamente podados. Los edificios son viejos y las paredes huelen a humedad y algunos ascensores son manuales. Pocas construcciones son recientes.




Las filas en los bancos son interminables, impulsados por una gran masa de gente que trabaja en los edificios de la organización que lleva este mismo nombre y de otras empresas ubicadas dentro de los edificios.

Los locales comerciales son tan variados como las personas que lo concurren, desde habitantes en carro y a pie, hasta el señor de las frutas, el de la mazamorra, el ejecutivo, la señora en silla de ruedas y las trabajadoras de la peluquería.

Las 3 de la tarde es una hora de soledad. Los carros a veces no alcanzan a penetrar las zonas residenciales por la cantidad de zona verde. Los venteros de frutas y dulces se parquean desde la madrugada a esperar los cientos de transeúntes de la calle Colombia que habitan suramericana durante pocos minutos.

Suramericana es un barrio lúgubre, todo es gris y sabe a recuerdo, a tradición. Lo que se escucha es el taconeo de los ejecutivos, la calle barrida y la superposición de edificios cuya estructura y tiempo no concuerdan.

La vida nocturna de suramericana es muerta, cara a cara con el barrio que una vez Fajardo, ex alcalde de Medellín, denominó el barrio modelo, Carlos E. Restrepo. Sólo queda el muestreo de añoranzas de parecerse a este Barrio de obra, arte y ciudad. Suramericana tiene librerías, algunos salones de té, artesanías de Colombia, bancos, tiendas, oficinas, restaurantes y uno que otro café estilo europeo, muy viejos, residencia de intelectuales.

Las pocas sillas se ven colmadas de jóvenes con mascotas, empleadas del servicio con niños, otras con novio y algunos estudiantes universitarios.

Más de oficinas que de entretenimiento, este Barrio tiene poca oferta cultural. Limita con la autopista, la Calle Colombia y la carrera 65, pero carece de vida. Es un barrio de mitades: mitad viejo mitad nuevo, mitad bueno mitad maluco, mitad alegre, mitad aburrido.
Preguntémonos:
  • ¿Cómo crees que podría ser la oferta cultural del barrio Suramericana?
  • ¿Qué ofertas nocturnas propones para la vida nocturna en el Barrio?

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