martes, 25 de mayo de 2010

PRADO CENTRO


Patrimonio arquitectónico e inicio de la expansión urbana

Por: Paola Andrea Padierna Gómez

La ciudad, como invento, obliga al hombre a organizarse para poderla administrar, y aunque no es un hecho nuevo, lo que si resulta algo nuevo es la transformación que ha sufrido a lo largo del siglo pasado y en lo que va de este. Presenciamos cómo una población predominantemente rural se va convirtiendo en otra predominantemente urbana.

La urbe no es una obra de arte, pero constantemente sufre cambios y se está haciendo y deshaciendo como un artefacto. Es positivo hacer nuevas construcciones, pero no se puede olvidar que eso implica la destrucción de lo que ya está ahí. Es decir, operan la destrucción y la construcción conjuntamente, y en la manera de articular estas dos acciones es donde reside la armonía de la ciudad.



Lo ideal es hacer es que la construcción implique la menor destrucción posible, y que en el mejor de los casos esa destrucción se refiera más a una readaptación inteligente a las nuevas exigencias, porque si una ciudad en este periodo de desarrollo acelerado puede lograr que compaginen las viejas y las nuevas construcciones, ha alcanzado un nivel cultural más avanzado.



La sociedad contemporánea guarda un gran recelo por lo viejo, apetece la novedad por la novedad, presiden los intereses económicos y el desprecio por el pasado… por debajo de las apariencias, más o menos progresivas que se han alcanzado hasta hoy, hay un gran vacío cultural.

He ahí la importancia y la necesidad de conservar nuestros orígenes. Aunque muchos consideran que la historia es una carga pesada, hay quienes la consideran como la maestra de la vida.



Por ejemplo, las ciudades norteamericanas, donde la movilidad es la mayor registrada hasta el momento y el crecimiento desaforado es una constante, han resultado ser el peor ejemplo que puede presentarse en cuanto a la conservación de viejas construcciones. Desafortunadamente, dicho ejemplo se ha difundido en el resto de los países.

Han derrumbado sus orígenes para hacer nuevas y prepotentes construcciones de última tecnología… se han marginado de ese estado urbano ideal: edificaciones antiguas de alto valor arquitectónico que pueden responder a las exigencias sociales de la actualidad. Ese es el equilibrio ideal.

Es posible que Medellín se esté acercando a esa armonía conservando barrios como Prado Centro, ubicado en la comuna centro oriental, que por su belleza y el buen estado de sus construcciones fue declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad.

En él es posible sentir el ambiente fresco que ofrecen sus enormes árboles, la difuminación de los rayos de sol que los traspasa sobre el asfalto y sus calles pavimentadas de hojas de guayacanes amarillas.



Sus construcciones tienen un valor innegable para nuestra cultura, pues acudir a ellas es permitirse conocer la historia y el pensamiento religioso, filosófico y hasta social de nuestra estirpe, y restaurarlas asegura su permanencia en el tiempo.

Este lugar remonta a los orígenes y posibilita que las futuras generaciones no pierdan el aprecio por las verdaderas obras arquitectónicas valiosas de la ciudad.



Sus edificaciones tienen un sentido social, porque conservan la historia de las personas que en distintas épocas las rodearon, guardan una memoria, un archivo.

Además, a través de la historia se conservan y mantienen como referentes, y a pesar de las múltiples restauraciones que han tenido, se siguen conservando como íconos sociales que se eternizan en el tiempo.

Recorrer las calles de este barrio, es dejarse atiborrar los ojos con diseños de España, Francia, Egipto y Los Estados Unidos. Estilos como el Barroco, el Neoclásico, el Románico y griego, que tuvieron tanto furor en sus países de origen, que lograron imponerse, no sólo en Medellín, sino también en Barranquilla, Cali y Bogotá.


Este espacio de la ciudad no sólo es valioso por el estilo de sus muros, sino también por las historias que se edificaron en sus interiores durante los años treinta y cincuentas: la clase alta de Medellín comienza a asentarse y a dejar huella en la historia del esparcimiento urbano.





Hoy día, varias de sus edificaciones han tomado un sentido institucional especialmente del área de la salud: clínicas, hospitales, organizaciones sociales, y hogares geriátricos, centros de estética y grupos de teatro que han adecuado estos grandes monumentos como sus centros de operación.

Y han sido abandonadas por sus dueños originales, pues frecuentemente las clases sociales más elevadas han ido siempre en busca de los terrenos más reservados y exclusivos, donde estuvieran menos subyugadas a las molestias de una urbe agitada y socialmente mezclada.



Entonces, Prado Centro es uno de esos barrios ideales para leer la historia de Medellín a partir de sus construcciones y de lo que en su interior archivan. Pero, en medio del crecimiento desaforado y el avance de las nuevas tecnologías y las materias primas, ¿qué más se puede hacer para rescatar el valor histórico y arquitectónico de ciertos barrios de la ciudad que cuentan de nuestros orígenes, evitando que desaparezcan y, a la vez, encontrar ese equilibrio ideal entre lo viejo y las exigencias del presente?

Investigando….

  • Para conocer más sobre la teoría de la construcción urbana actual, identificar el estilo y el orden en que se están construyendo y desarrollando las grandes naciones y la magnitud de la expansión metrópoli, es recomendable leer el texto “Planificación de las ciudades del presente, el urbanismo en expansión” de Dora Guadalupe Guzmán Esquer, Ingeniera Civil de la Universidad Sonora de México. En dicho texto, se hace evidente que la expansión y el crecimiento de la población ha influenciado para que la construcción y la planificación de la ciudad cambie de sentido.
  • Si se une al perfil de la red social FACEBOOK: “Barrio Prado, Distrito Cultural de Medellín”, podrá acceder a fotografías, videos y datos importantes. El objetivo del grupo es “conocer nuestro patrimonio para de esta manera valorarlo, respetarlo y conservarlo”, es un espacio para el patrimonio arquitectónico y su contenido es público.
  • http://www.youtube.com/watch?v=lP4lPnAQNxM

En este video de más de siete minutos, se evidencia lo importante e ineludible que es tener unos orígenes, conocerlos, quererlos y cuidarlos.

Cada uno de sus personajes –entre ellos Sergio Fajardo- dan una descripción contundente de lo que es Prado Centro, lo que lo hace ser la memoria de la ciudad, sus inicios y cómo surge un industria encarnada en unos personajes que le dieron a este espacio un estilo europeo, pues los fundadores de prado pensaban en traer a Europa a Medellín para los que no podían viajar.

En este barrio armonizan los árboles, la calle, la ciudad y los grandes personajes que cambiaron la historia de nuestra urbe.

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